De boina en guitarra y de guitarra en boina, tu expresión era para caminarla a paso lento y arrastrando los pies, con ansias de por primera vez, no despegarse del suelo porque como raíz creces al cielo y me haces querer comprenderte y aún más querer estrangularte a miradas, para luego en el instante antes de tu muerte donde no respiras pero tu sangre continua recorriéndote y tu pupila sigue tragando al mundo.
Abrigarte con mi piel porque soy el viento, soy tu viento, el mismo que te llevó en delirios e imaginación al puerto, al motel y al lugar donde mejor estás, en mí, porque no tuve el placer de conocer en mis parpadeos matutinos a alguien como tú, de boina en guitarra y de guitarra en boina.