Su alma viste de sueños, ilusiones y esperanzas,
sus deseos alimentan su caminar,
Lucha en un mundo de caos,
en donde se ofertan falacias
al estilo Wall Street, para saciar el ego.
Transita con la frente en alto, frunciendo su ceño
ante el mar de dudas que aquejan su mente;
se cuestiona si fue, es o será, pero su incertidumbre
sigue vigente minando su corazón de niño.
Que ansía saber más y más,
para dar pasos firmes sustentados en la verdad,
de la cual sólo se conoce su nombre,
y se alude que simplemente no existe.
Sólo quiere vivir el momento,
escapando a la mirada del ojo crítico,
que señala con el dedo, cual Dios
con potestad para juzgar el actuar.
Es humano, muy humano, creyente
de la libertad, del amor y la vida,
como pilares fundamentales
del hombre en sociedad.
Por favor no lo juzgues,
déjalo vivir y ser feliz,
que el universo para todos
tiene un lugar, así sean cuerdos
o locos.