Hoy seguí recordándote, pienso que todo esto es una mala broma del destino, confesar sentimientos cuando ya estamos ligados a otras personas; enfrentarnos a la verdad ahora que ya soy madre y tú; responsable de ver por una hermosa mujer y su pequeñito.
Me afecta más el pensar que tú eres para mi más que el mejor amigo de la infancia, no olvido que fuiste mi primer beso y pudiste haber sido el amor de mi vida y sin embargo hoy solo somos el deseo de querer estar piel con piel en algún momento.
Me intriga lo que puedas pensar realmente porque nunca creí que en algún momento sintieras algo por mí. Años conviviendo y bastó una sola plática para saber que nos gustábamos y nunca nos atrevimos a decirlo, lo cierto es que crecí con la idea de que yo no era el tipo de niña con la que tú tendrías algún tipo de relación más allá de amistad, éramos parte de la vida del otro y ninguno luchó por comenzar a escribir ni siquiera el título de una etapa juntos. Hasta ahora me entero que guardaste las cartas que te di cuando era una niñita, conservaste esos recuerdos y no sabes lo feliz que fui al saberlo.
Después de 21 años de conocerte me encuentro aquí, sentada y pensando en todos los hechos del pasado y del presente, creando fantasías y dándole paso a mi imaginación al saber que somos los restos de una historia a la que no se le dio la oportunidad de comenzar.
Te conté lo mucho que te quería y las ganas que en mi adolescencia tuve de ser tu novia, me sentí tan tonta de decirlo y ahora por recordarlo, pensarás que soy tan cursi y en efecto así he sido siempre… una amante del romanticismo, pensándome siempre entre las nubes y cuando el papá de mi hijo estaba al acecho yo no quise ver las señales que tu mandabas para decirme que estabas ahí, no quería ver que tal vez eras tú mi destino; pero tu tampoco hablaste, fue como si diéramos por hecho que las cosas tenían que seguir su curso aunque eso significara estar aún más alejados. Nos soltamos sin siquiera saber que algo nos unía.
Tomaré mi parte de la responsabilidad por haberme forzado a seguir un camino que no sé si era el mío pero al final del día sigo aquí, faltándote y tú haciéndome falta.
Cada vez que platico contigo, tengo la intención de hacerte saber lo mucho que te quiero; lo malo es que no siento que eso es una traición a mi relación actual, no siento pena y ni siquiera culpa pero tampoco sé hasta dónde nos hemos sincerado el uno con el otro, no sé si yo estoy hablando de más o si tú estás sintiendo de menos; lo único que sé es que no quiero que pase más tiempo sin tener la certeza de que un día tendremos un encuentro que vaya más allá de decirte: “Hola, ¿Cómo estás?”.
Me pesa mucho tener que encontrarte solo ocasionalmente y ambos estar acompañados, tú con tu familia y yo con la mía.
Sé que soy yo la que lleva las de perder porque en asuntos del corazón no se medir los daños colaterales, además en el fondo yo sé que siempre te quise y no solo serás mi ilusión pasajera ni el amor platónico de toda la vida. No sé entregarme de a poquitos porque para mi mala suerte cuando quiero lo hago sin reservas.
Soy sin embargo sensata… no busco problemas para ninguno de los dos, no aspiro a ser una molestia, no quiero jugar tampoco a ser solo una pieza de ajedrez, no quiero aburrirte con sentimentalismos ni cursilerías pero tú sabes que así soy yo, imperfecta física y mentalmente pero sin una sola duda de todo lo que siento por ti.
Tampoco te espantes… este escrito no significa que tú tengas que sentir lo mismo, probablemente sería solo una buena amiga (tal vez solo soy un chiste que te cuentas todos los días) al final de todo ya tenemos una vida armada (buena o mala) ni voy a ir por los rincones persiguiéndote o acosándote (por más que quisiera ja ja ja).
Seré feliz con la vida que llevamos, un mensaje, una llamada de vez en año, un whatsapp 2 veces a la semana o lo que se pueda hacer, nuestro abrazo acostumbrado de navidad y cumpleaños. La simpleza de la vida y la sincera manera de demostrar que algo importa. Después de todo como en calaveras y diablitos la vida es para gozarla; la vida es para vivirla mejor.
Sinceramente, alguien que no quiere seguir lejos.