Ya no tenía rumbo, no quería buscar timón. Anhelaba que véngase el correcto salvador, ese que quiera llevarla a sus zonas escondidas, esa que la vea como lo que es una niña. Pero que haga sacar su parte mas mujer. Ese que tenga el poder y coraje de verla enloquecer y ser su manicomio. Ese que le de buen uso, poco a poco y siempre. Ese que le enseñe a amar, y que apague su odio. Ese que la peine y despeine de rabia, enojo, pasión, tristeza y felicidad.
Ese que no se vaya. Que este dispuesto siempre a volver. Ese que la ame, siendo su locura, enfermedad, droga y cura. Ese que pueda encenderla por dentro y por fuera, que la haga feliz... Ese ser inexistente. A ese. A ese ella quiere y necesita. Pero ya no lo busca, cuando este preparado llegará, porque inconscientemente lo voy a esperar.