Intenté escribir sobre mi amor por ti; con omnímoda disposición a relatar un manuscrito pormenorizando la forma en que te amo, de cómo se ve este sentimiento que complace mi corazón al verte, así hoja y pluma.
La pluma falló al intentar ilustrar aquel pensamiento; la cambié; de nuevo así, mas no conseguí escribir. Durante varios minutos mi mente estaba en blanco, por cortos momentos solo imaginaba tu rostro y aun mas profundo el café de tus ojos y aquellos sentimientos que se manifiestan en ti. Pasó quizás una hora y nada, la hoja seguía vacía, sin verso, sin marca de escritura o rastros de tinta en ella.
Acaecieron minutos y nada, nada!; no escribía; ¿Es que acaso no te amaba? ¿No te quería lo suficiente?... No!, no era eso.
Con una sonrisa en mi rostro lo descifré y comprendí, simplemente aquello era mi amor por ti. Un amor blanco y puro, sin marcas, sin cicatrices, sin eufemismos, sin tinta de las lágrimas de tus ojos porque no me permitiría verte llorar; un amor indescriptible; porque a pesar de un lenguaje tan extenso no existen palabras para describir mi amor por ti, no las hay, no es posible describir este sentimiento, este exquisito placer de saber que estas ahí para mí como yo lo estoy para ti.
Pero lo más importante y vital; no es un relato, un manuscrito o historia que fuera capaz de escribir yo solo, es un relato que debe ser forjado por los dos, "una historia de dos", nuestra historia de dos, donde el lenguaje que utilizaremos para escribir no es conocido, es nuevo y propio, con símbolos sin significado condescendiente o manipulable, son símbolos que solo tú y yo lograremos descifrar y conocer.
Ahora; no deseo que la tinta se derrame sobre la hoja, quiero que se conserve blanca y sin marcas.
Quién podría imaginar que una hoja en blanco es mi mas preciado "escrito",
mi mas preciado arte.