Yo lo llamo; la llamada de la responsabilidad.
Puede ser que meramente se trate de un hecho psicológico, pero ¿y si no fuera así?
En ocasiones tenemos la posibilidad de experimentar ciertas sensaciones que nos llevan a pensar y actuar de una forma precisa.
Entonces, mi mente pregunta; ¿Es posible darse cuenta de cuándo eso ocurre? ¿O solamente podemos percibirlo al instante posterior?
Fugaz, instantáneo y todo ocurre. Esa forma de ser que se apodera de nosotros sacando el máximo de nuestras posibilidades, solo en el momento exacto, en el que estás preparado.
¿Cómo poder acceder, a esa sensación que lleva a tu cuerpo a funcionar al unísono, al son de una perfecta sintonía en la que todo parece en orden, pero de forma voluntaria en cualquier momento?
Dime, lector, si aún no entiendes mi mensaje, si no se te ha venido un flashback a la mente, de algún momento de tu vida en el que tuviste que hacer algo. Pero no solo tuviste que hacerlo, sino que sabías que tenías que hacerlo bien, no había manera de buscar otra opción… Ese tenía que ser el camino. Y de repente, no sabes cómo realmente, pero lo conseguiste y lo sabes, porque te das cuenta una vez que lo has hecho. Miras al pasado, siendo pisado. Y luego otra vez, dentro de tiempo o menos de lo que esperabas, aparece otra “responsabilidad”, que necesita ocupar tu atención de la misma manera que la vez anterior…
Pero… realmente no sabes cómo, ¿cómo salió tan bien la última vez? ¿Podría volver a hacerlo?
En ese momento te decides a cumplir con tus altas expectativas personales, pero te chocas, y te chocas, una y otra vez. Y no entiendes por qué, y el tiempo esta llegando a su límite. Vuelves a tener que hacerlo ahora.
Pero entonces, de repente, una vez cosechada la idea en tu cabeza, cuando te decides a hacerlo y miras de frente a tu problema, solo ves soluciones, donde antes solo podías encontrar excusas. Limitaciones que imponía la vocecilla de tu mente, asegurando que no podías ser capaz o no podía tener solución. Qué mejor descripción, de una revelación.