Para: Solange
Cae la noche una vez mas, a esta habitación
el reloj cansado de girar, en el mismo sentido.
Los recuerdos mas hermosos
invaden mi mente de forma instantánea.
Todo empezó un lunes primero de abril
la magnitud de la ruptura tardó, veinticuatro
horas en digerirse.
Cuando se hizo martes y fue de noche,
los fantasmas del silencio
empezaron a adueñarse de todo
mientras se desintegraban mis sueños,
se multiplicaban los fantasmas.
La risa como cosa del pasado,
el llanto lluvia desbordado.
Aprender a vivir en compañía
fue negarse a vivir en soledad.
Tantos primeros de abril
que pasamos juntos,
solo quedó en una fecha cualquiera
ese día marcó un principio de un final en pausas.
Ese día empezo lo que terminaba...