...Y ahí estaba de momento no pude distinguir la figura velada entre cuatro cirios en la penumbra, ya que su rostro y su cuerpo estaban tapados por una cobija, la anciana lloraba suavemente aunque con un llanto quemante y profundo.
-"¿Qué ha pasado?"- dije con una voz que me sonó extraña.
La anciana contestó entre sollozos: -"Se murió mi perro!!! Seguramente lo mataron esas malas personas..."- tomé su mano con fuerza, entendiendo que ese perro era para ella como un hijo ya que nunca pudo tener uno; y este perro había permanecido con ella casi doce años, y ese dolor era el conjunto de la muerte de su esposo que había sido tan sólo unos meses atrás, ahora se encontraba sola... yo estaría en su casa ¿pero por cuánto tiempo? Tal vez tres o cuatro semanas, después se quedaría acompañada por sus recuerdos y su soledad.
Colaboración de Blanca Alicia Armas
México