Decíase ser un día normal, la mañana monótona transcurría.
Llegó la tarde y fue todo igual. Sentado, sólo, me dormía.
Alguien apareció, a mis espaldas, volví el rostro y tu silueta vislumbre.
¿Una ilusión?, ¿será ella? Pero tu imagen seguía. Yo absorto, sin fe.
Me hice el de la vista gorda, segundos más tarde volteé.
Seguías tú ahí, esperando, dulce y seductora: emocioné.
Hola… ¿qué tal? Simple el saludo. Tú sonreías, yo balbuceé.
Ufana llegaste, cuando sólo y triste, cuando de ti necesité.
Charlar fue divertido, conocerte lo fue más.
Pocas horas bastaron para ser buenos amigos, alguien especial.
Pero la noche ennegrecía, indicando que ya no estarías,
Con tu partida cercana, te extrañaba pensando ¿Volver a verla? Irreal
Días pasaron. Incólume, tu recuerdo, me atormentaba cada segundo.
¿Volveré a saber algo de ti? Hay dudas.
Hablamos. No fue en persona pero igual caí, profundo.
Con sólo pocos minutos encantas… Fascinas.
¿Enamorado? Ni yo lo sé pues… ¿será esto verdad?
Anonadado, muy confundido… ¿qué es lo que lleva a la felicidad?
¿Será el corazón cautivado o sigo a mi cauta razón?
Y es que si me amas mi vida sería… Un cielo, un mundo, toda una ilusión.
Con tu cariño todo se aclaró, la ilusión se volvía real,
Un sentimiento crecía, me creí único.
¡Qué ingenuo que fui! Pues todo fue un circo.
Ella, muy bella, con muchos detrás, queriendo un futuro igual.
Colaboración de
Álvaro Rodrigo Concha Uriol
Perú