El día que te levantes algo desanimado o no te vaya como esperabas ¡Mira la sonrisa de tu hijo y tómala como pincel para dibujar la tuya! Intentalo, ¡funciona!
Tú mi querido hijo, mi primogénito, el aprendizaje hecho varón: alegre, risueño, siempre juguetón, inteligente, bromista, chistoso, berrinchudo y muchas veces mal humorado como tu madre.
Mi hijito cuanto te amo, cuanto te admiro con tus aciertos y tus desaciertos, quiero que vivas una vida llena de amor rodeada de los seres que más te aman, que en el momento que necesites de un padre tengas a dos, el justo y el amigo, que en el momento que te equivoques tengas a dos, el cariñoso y el sincero. Que cuando te conviertas en un hombre tanto como padre, como hijo, como amigo, como esposo, tengas a dos: a tu mamá y a mí.
Mi Sol un día salió en el mes de julio, que hermosos los 9 meses que pasaron, viendo como crecía ese pedazo de vida y de amor, sintiendo cada latido cada movimiento que indicaba a mis sentidos que una vida nueva vendría a mí. A las 3 de la mañana un 25 de julio se creó una estrella más en el cielo. Con el cabello castaño oscuro y unas mejillas rozagantes que decían: ¡estoy vivo papá!
Con el pasar de los días, mi Sol eras tú, iluminaba mi camino y llenaba de vida mi vida,
ir a pasear contigo de la mano era deslumbrante entre tantos niños tú, el más rozagante,
entre tanta gente yo el más feliz, y entre tantos hombres yo teniendo la suerte de tenerte como hijo. Tus primeras palabras fueron papá, mamá y coca ¡ossshhhhh! ¿Por qué? ¡No lo sé! Tus primeras lágrimas fueron el dolor que nunca había sentido, tus primeros pasos fueron para perseguir ¡un grillo que se había metido a la casa! Y tu primer cumpleaños tu madre y yo enorgullecidos.
Cada día que pasa es una Universidad en mi vida, cada minuto que respiras es aire puro que yo respiro, cada sonrisa que sale de tus labios me indica día a día... Que eres un niño feliz. Que cada minuto que vives me regalas tus risas. Que vida tan feliz he vivido estos 5 años a tu lado con risas, bromas, luchitas y regaños también por querer hacer la tarea, pero siempre andando, por el mismo camino, los dos de la mano. Emilio hijo mío que orgullo. Gracias por haber llegado.
Para ti hijo mío, te amo. Emilio David R. N.
Colaboración de Chesare Deibit
México