Hoy te vi, estabas triste y desolada, cual corderito alejada de la manada, tus ojos lloraban, tus manos temblaban quise darme la vuelta y dejarte hay para que escarmentaras, ¿cómo fuiste a hacer eso? ¿Cómo fuiste a truncar tus sueños y metas?... Rompiste las ilusiones de mama y de papá si apenas eres una niña que empieza a vivir, si apenas eres... El bebé que dormía junto a mi regazo cuando le dolía la cabeza, cuando le asustaba el fuerte viento de las noches tormentosas y el crepitar de los rayos en la lejanía de la noche...
Hoy te vi, de tu vientre se notaba el fruto del engaño, el fruto de mi ignorancia por no haberte sabido guiar cuando más me necesitaste, y quise ocultar la vergüenza y como todo cobarde te aleje de casa, te orille a mendigar un pedazo de pan... Por mi ignorancia, por mi testarudez que no quise escucharte cuando a mi llegaste para platicar y reaccione como menos era lo correcto... Hoy te vi... Sé que tú también me viste, pues de tus ojos corrieron dos lágrimas quizás de dolor, quizás de frustración, quizás de vergüenza.
Hoy, te vi... Y mi corazón lloró amargamente, estás en la cama de un hospital, dicen que te encontraron tirada en una calle obscura y lodosa, que cuando la ambulancia te levanto sólo decías, papi, perdóname... Papi no lo quise hacer... Dice el doctor que tomaste una fuerte dosis de medicamentos, quisiste huir por la puerta falsa a la que te envié, estás fuera de peligro, dice el doctor, tu bebé logró salvarse que quizás al nacer tenga secuelas, pero que todo se puede solucionar con el favor de Dios...
Hoy te vi... La enfermera me pregunto que si era tu papá, agache los ojos y le dije si, si es mi hija...pues que suerte volvió a nacer, llego casi muerta... sentía que con cada palabra no podía aguantar más el llanto, pero como todo macho no quise demostrar un ápice de dolor...
Entre a tu cuarto, te vi toda demacrada, con mangueras por todos lados, cerca de ti estaba una persona para mi desconocida me preguntó que si era tu papá... Le dije que si... Era del ministerio público y salimos de tu habitación a platicar, abriste los ojos, me miraste y vi que empezaste a temblar...tenias miedo, si muchísimo pánico a que te fuera a decir no sé que pensaste... Me acerqué a ti…
Te tomé de la mano, y ya no pude más con la dureza de mi corazón, te abrase fuerte muy fuerte, y comencé a llorar, tu sólo acariciabas mi cabeza... No sabía que decirte ni como empezar... tan sólo me dijiste, papi, no me corras, no me dejes, soy tu hija he aprendido la lección, por favor no me corras te necesito tanto, me hiciste tanta falta... Extrañaba esas noches en que me cantabas en mi cama, extrañaba esos días en que me contabas leyendas y cuentos... Papi, soy tu hija, no me dejes por favor he aprendido la lección… mi bebe te necesita, para que le platiques como lo hacías conmigo, mira papi, acarícialo se esta moviendo, quiere vivir, quiere ser amado Papi por favor, no lo rechaces es tu sangre... Sólo te abrace y me quede a tu lado como debió haber sido siempre... Y te dije hijita tienes una fiesta pendiente. Tus quince años.
Papi, no me dejes.
De Miguel Ángel Milanés Padilla, el Martes, 31 de agosto de 2010 a las 20:26
Colaboración de Milpamia64
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