Me imaginaba tu rostro tan lindo como el de tu papa, pero era imposible que llegaras conmigo a mi mundo.
Me llevo la dicha de saber que exististe y sentir que te quise aun sin conocerte.
Es tan difícil aceptar que ya no estás, porque apenas ayer tu cuerpecito sentí y hoy un vacío dentro de mi hay.
Nunca te tuve en mis brazos, pero siempre estarás en mi corazón.
Colaboración de Diana
Estados Unidos