Nuestro pequeño hijo:
Al sentirte por primera vez entre mis brazos, he comprendido el maravilloso regalo que nos dio Dios, la dicha de sentir en un abrazo el palpitar de tu corazón, permanecer un instante bajo el contemplar de tu dulce mirada, llenarme del maravilloso perfume de tu cuerpecito, acariciar tu carita y tocar tus suaves manos; Oh, Dios, que dichosos nos has hecho, eres la más sublime prueba del amor, del verdadero amor, aquel por el que darías y serias todo.
Va pasando el tiempo y te pones más grande, más bello, me encanta que al llegar las noches duermes a mi lado y yo te abrazo y te acurruco en mi pecho y suavemente pasas tu manita por mi cara como si secretamente me dijeras Yo también te amo, y entonces caes dormido profundamente y las lágrimas ruedan por mi cara, la felicidad me invade, mi corazón se acelera, te deposito en la cama y contemplo tus movimientos, tu respirar, veo a tu padre a mi lado y está lleno de emoción, de gozo, su cara esboza una gran sonrisa, ha llegado por fin su pedacito de cielo, su dulce amor.
Por fin ahora aprendí lo maravilloso de ser madre, la alegría de escuchar un Mami, lo enajenante de tu risita, lo sublime de papi, espero poder ser la mejor madre y que nunca dudes ni por un instante que te amo, que te espere como nadie y te amé y te necesité, más aún antes de conocerte.
A tus tres hermanitos los hemos entregado a Dios, pero él sabía que tanto amor no podía contenerse dentro de nosotros, por eso nos ha enviado un ángel maravilloso que ha llenado nuestras almas y nuestra vida de dicha, amor y felicidad, un ángel de pícara sonrisa y de radiantes ojos de amor, un ángel llamado Javier Alejandro.
Te amamos.
A nuestro hijo Javier Alejandro Martínez Soto.
He perdido 3 hijos a 24 semanas de gestación pero ahora he podido lograr recibir a mi hijo en brazos, a todas las madres que han sentido la pérdida de un hijo, estoy con ustedes y las acompaño en su dolor. (Dicen que sólo quien ha perdido un hijo conoce de su inmenso valor).
Colaboración de Hunnybee
México