Una flor cayó en agua bendecida
Un día habló y quiso volar, vivir su vida
Así pues fue de estanque a estanque de sol a sol
Viajó sin sentido, pero conoció, sufrió, rió
Pensó lo que nadie pudo y calló, lo que de verdad sintió, lloró, tuvo miedo, se quedó sola pobre tierna flor
Aprendió del dolor, de la soledad sin nadie y apreció lo que era sentir con alguien.
Los fallos los tuvo pues se paró, inaceptable era rendirse, simplemente descansó.
Ventiscas, lluvias, soportó.
Fieles malas rachas como ninguna, pobre tierna flor.
Al final de su destino llegó
Envejecida, amargada, enrarecida,
arrugada ya no hablaba,
Pues ya no habría prisa, cambiante como el color vivaz que quería y que desgraciadamente no tenía. Recordemos que hablamos de una tierna flor, a la que su final llegó
imaginadla para que viva, soñadla para que no muera,
Que sepa la tierna flor donde se queda.
Siguió viajando en gente que no se rendía, en gente que creía
La tierna flor se quedó en corazones que se lo merecían.
Colaboración de Anonimo sin duda
España