Esperaré no que me ames, sino a que te des cuenta
que he muerto.
Por aquella palabra que al oírla sentí que el corazón
dejó de latir.
Como puedes decirme adiós, si todavía no me imagino sin
ti.
Es el precio de la espera a que tu amor llegara, para luego marcharse.
Esperaré bajo la sombra, escribiré en silencio, y lloraré
a escondidas.
Si quieres marcharte, márchate y no mires atrás.
Pagaré el precio de la espera sin mirar atrás, sin decir nada más.
Precio que no es tan caro como la inocencia, pero es más eterno que el tiempo.
Eterno porque no puedo rendir cuentas, siempre miro atrás y aun estoy solo.
Pensando en ti, pensando en que pudo pasar, en que si podré seguir con esta soledad.
Amor es el precio de la espera a que tu amor llegara, para luego marcharse.
Y la luna dejó de brillar, mi corazón dejó de latir, ya no siento los duros golpes del viento. Solo las espinas que me trae el tiempo, horas, minutos, segundos, cada unos de ellos lo paso como si estuviera agonizando.
Lo paso en vacío, llorando y recordando aquella sonrisa cuando escuchaba mi voz, aquellas caricias marcadas en tu piel, aquella luna en noche de pasión, aquellos versos que se convirtieron en besos.
Es el precio de la espera de un amor que llega y luego se va, de un amor difícil de encontrar, el precio de la espera lo vale pagar para sentir tus besos una vez más, para chocar con tu mirada un día más.
El precio de la espera en que tanto anhelo en silencio, porque no puedo olvidarte, tampoco dejo de amarte, ódiame si quieres, utilízame también, seré tu esclavo, porque con tus miradas me cegué, y con tus caricias me enamoré.
Es el precio que pagaré sin mirar atrás, sin decir nada
mas, solo amándote cada día mas hasta que mi alma decida
morir, dejando en el cielo un te amo escrito con la tinta sagrada y con
el recuerdo de tu mirada.
Colaboración de Ivanek Jiménez
República Dominicana