Miré tus ojos,
descubrí tu tacto,
inmortalicé a la Luna,
canté tu vaho,
entró la espada,
bailé bajo tu aroma,
despojé la carne,
¡y toqué el cielo!
¡Y bebí la púrpura!
¡Y sollocé triunfante!
Inspiración que fluye...
Colaboración de
Ludmila
México