Solamente en tu sobria visión punzó aquella manivela;
porque todo viene de muy adentro, y yo siempre lento
muerto y sin píos, casi caótico.
Solamente fuimos calor,
fuimos epifanía en sólidas madrugadas.
Te hice mujer canonizada, bendita,
te aguardé en esa noche helada;
tenía historias que repetí mil veces.
Solamente en esa pesadilla estelar,
en esa sumisión se arrastra
poco a poco ese minucioso avance
de recuerdos muertos.
Colaboración de Gárgula
Brasil