Cuántas veces he escuchado decir cómo hemos cambiado y sin embargo yo me pregunto, ¿cuánto he cambiado? Si aún me impresiona el atardecer y me cautiva la obscuridad. Cómo he cambiado si mi corazón se alboroza al besar, y aquellas canciones que me hacían vibrar me transportan a ese momento especial, no creo que haya cambiado, me emocionan las mismas cosas de ayer, no sé cómo he cambiado, quizás mi físico no sea como el de antes o mi cabello lleve algunas canas pero no tengo miedo de amar, sentir, experimentar, volar. No sé cómo he cambiado, tal vez será que me convertí en madre y mi vida se volvió una rutina. Pero aun sin embargo mi piel se eriza como cuando joven me hablabas en voz bajita a mi oído cuánto me deseabas. El espejo refleja mi vida cansada pero aun así no cambia nada, mi corazón sigue tan joven como ayer.
Colaboración de Marcela Ramírez
México