Y replicó la mente:
¿Es acaso un simulacro,
o en realidad es tu muerte?
¿Quién crees que eres,
para partir así de repente?
¡No!, no va más
te he de resucitar,
pues las luminosas celdas de mi memoria,
te almacenan como una joya,
en la vitrina del Star.
¿Cómo crees que he de olvidar,
las glaucas curvas de tus labios
cuando sobre los míos están?
Esos pequeños detalles que
la aceleración de mi ritmo cardiaco
a mil por hora lo haces llegar.
Aunque antes de los tropiezos
te sentía más
(sus besos, sus caricias, su dulce palpitar)
ahora en las frías mañanas
te siento tan irreal.
¡No desistiré!, no más
¡No me acobardaré!, no más
así he de luchar hasta el final
para no decirte adiós
nunca jamás.
Colaboración de KM
Ecuador