¡Me dices que te vas!
Y me das la espalda
sin voltear a ver los surcos
que dejaste en mi corazón herido.
¡Oh, mujer de pocos sentimientos!
Ni siquiera tu vida parece valer la pena ahora.
Si supieras que tu amor no significó
nada para mí.
En algún momento llegué a pensar
que valían la pena tus “te quiero”,
tus “te amo”, los besos que clavabas
como dardos en labios ajenos
en algún momento a ti.
Recuerda que tu presencia
en algún momento fue un delirio
que descontrolaba mis sentidos.
Recuerda los momentos que
pasaste junto a mí.
Ahora esos recuerdos vagan sin rumbo
fijo a un abismo sin retorno...
Tartamudearás con sólo recordar mi
nombre y yo sólo pensaré
que esto que ahora siento
es la basura que quedó
después de guardarte dentro de mi ser.
Colaboración de Aufheben
México