Realmente no se porque estoy escribiendo esto, pero nada, sé que haciéndolo siento que al menos no me ahogo en un pequeño vaso que ni siquiera esta lleno de agua. De lo que les hablaré es de algo que llevo en mi corazón. Un recuerdo de muchos años atrás que quiero compartir mediante estas líneas por toda la felicidad que trajo a mí.
Transcurría el tiempo y me estaba dando cuenta de lo mucho que quería esa persona, por lo especial que era y no sólo en mi vida. Era tan grande todo eso que sentía traerme loca por él. Sorprendente. Y es que en él veía algo más que un novio, veía a un hermano, si, un hermano con el que siempre anhelé toda mi vida compartir.
Junto a el aprendí cosas que no pensé jamás me interesarían saber, viví pequeñas aventuras que sólo me traen recuerdos de mi niñez, fue una relación que dio bastante alegría a mi ser.
Cada vez que veía la sonrisa tan dulce de sus labios, sólo pensaba en lo difícil que sería sacar de mi mente ese millón de misterios que se encontraban detrás de ella. Sus ojos -que más bien parecían dos faroles de tanto que brillaban- me transmitían toda la autenticidad de su personalidad y por supuesto, el amor que había en él cuando sin saberlo todo se reflejaba en su mirada.
Había sido un angelito imborrable de mi corazón, al cual toda mi vida le daré gracias por haber sido tan especial.
Colaboración de CandyVhorst
República Dominicana