Treinta y nueve años unidos
es largo de contar
para mi solo fue un tiempito
de alegría y felicidad.
Vivir para amarte
y solo amarte fue vivir
y quisiera morir en tus brazos
para amarte ya sin fin.
Cuando muera no haya llanto
solo música quisiera
para ir feliz al cielo
caminando a la sombra
de tu dulce mirar.
El día esta lluvioso
y me siento en la hamaca
a contemplar la naturaleza
que encuentro maravillosa.
Siento una tristeza enorme
al tener que partir
pero a todos les llega la hora
de la partida y el fin.
Quisiera que me recordara
como la más que molestó
pero en el fondo del alma
fue la mas que amó.
No importa que me quede
no importa que me vaya
pero tu voz al suave timbre
como una canción, en mi alma desgarra.
Escribí este triste poema cuando estaba bien mal. Y los dolores muy fuertes.
Colaboración de Eva Valentín
Puerto Rico