Permaneció inmóvil, sumida en su sueño,
sus sentidos habían despertado.
Una lágrima la petrificaba,
no la dejaba actuar,
le cortaba el habla,
y así el resto de sentidos.
Lágrima que le ataba el alma sin piedad,
asfixiando sus sentimientos.
Quizás no era mucho,
a lo mejor es un poco,
demasiado poco, sí,
pero su alma ya le pertenecía,
Su mente también,
y eso si era mucho,
demasiado, quizás.
Colaboración de
Ohiane
España