Un día te dije hola
hoy te diré adiós,
un día pensé en morirme
al otro día ya no,
te quiero tanto y tanto
como nunca quise yo,
porque en mi mente apagada
sólo existía tu amor.
Será tan cruel el destino
que a mi corazón desarmó
ante tu ataque de besos
mi corazón se rindió.
Quizá en el distante futuro
vuelva a latir por amor,
más hoy en el horizonte
sólo hay tristeza y dolor.
Ya montó en un unicornio
ya partió hacia el más allá,
el sentido de la vida
nunca jamás volverá.
Maldito sea el destino
que te puso en mi caminar,
porque ayer yo tanto te amaba
y ahora te voy a extrañar.
Porque descuidé a mi amada,
porque cometí ese error
el destino cruel que se cobra,
mi vida de pecador,
que crueldad de los sentires,
que dolor en mi corazón
que ante el corazón tuyo,
retiembla el mío con fervor.
Ya solté más de una lágrima
ya el viento se las llevó
quizá caigan en un río
que lave todo el dolor.
Como duele el despedirse
también el decir adiós,
el corazón se destroza
y no queda más del amor.
Adiós corazón en llamas
adiós tentación del amor
en mis lágrimas queda tu sueño
el que algún día tuve yo.
Colaboración de Ricardo Zaragoza
México