No sé si es apego lo que he llegado a sentir. Pero si es apego, creo que les sucede a todas las personas que tienen al amor de su vida lejos, desean verlo y cuando lo logran, no les parecen suficiente las horas.
Vuelven a empezar a extrañarlo con más fuerza, tienen necesidad de tocarlo, abrazarlo, amarlo. Se acumulan esos deseos, hasta que lo vuelven a ver, empiezan a extrañarlo nuevamente y así se va acumulando un sentimiento accesorio al amor.
Un sentimiento que no sabes definir, pero está allí. No puedes verlo negativo, al contrario, está alimentado de un puñado de deseos. Crece este deseo, crece el sentimiento accesorio. Y es ése el que te hace despertarte en las madrugadas, brotar lágrimas, sonreír, anhelar a diario, suspirar, inspirarte, valorar momentos y sobre todo, hacer álbumes llenos de recuerdos en tu mente.
Hoy defiendo ese sentimiento y como si se tratase de alguien que necesita comprensión, lo comprendo. Creo que libra sus batallas por desaparecer pero el no lograrlo no le inquieta ni desanima, todo le ayuda para bien. Y sigue alimentándose de los demás para explotar como acostumbra en cada oportunidad que tú vuelves a reír, a cortejarme o hacerte presente en la distancia. A ser tú conmigo. Te amo.
Te amo.
Para: A. A
De: E. B
Colaboración de Bella Genio
Venezuela