Y no te voy a llorar,
pese a que te quiero demasiado
y no soporto este sentimiento que inunda mi alma;
pese a todo lo que pueda sentir por ti,
pese a mis esperanzas, no te voy a llorar.
Porque me haces odiarte cuando juegas así conmigo,
me haces sentir cierto reproche hacia ti;
y te comprendo, porque tú has aguantado mucho,
pero heriste, jugaste con mis sentimientos,
y no sé si podré perdonarte;
pese a que te amo, también me haces odiarte.
A veces la falta de la persona que amamos nos duele tanto que nos cuesta adaptarnos a la imagen que teníamos, porque da un giro total la situación y no sabemos cómo manejarlo, pero tenemos que insistir en el cambio y no perder lo bueno por el orgullo, por la decepción, tal vez nada vuelva a ser como antes pero nunca está de más intentarlo una segunda vez. Como lo dijo el sabio, una oportunidad perdida en el amor no vuelve más.
Colaboración de Kathya Escalante
México