Allá en el horizonte
Donde se esconde el mar
Aquel lugar tan oscuro y misterioso…
Puedo imaginar paraísos infinitos
Con tan solo escuchar
El sonido de las olas.
Ese sonido
Suave y calmo,
Lleno de enigmas irresistibles…
Mirando así
Esta manta azul,
Llena de vida y profundidad
En una noche de puro silencio.
Pero de repente
Aparecen frente a mí tus ojos.
Aquellos tiernos y llevaderos,
Los cuales amo sin conocerlos,
Sin saber lo que ven.
Me cuesta aceptar que no los tengo
Que no se lo que sienten.
Ellos no saben cuanto los quiero
Y jamás lo podrán saber…
Porque son una ilusión para mi vida,
Una enfermedad sin cura e inexplicable.
Son un tesoro sin escondite y sin mapa ninguno.
Por eso, al mirarlos allá a lo lejos
Me inundo de lágrimas y suspiros…
Al saber que aquellos ojos…
Nunca me mirarán…
Dedica a la más bella persona, pero imposible… Pablo…
Colaboración de Victoria Diez
Argentina