Hoy al comenzar la aurora
desperté con alegría,
pues quise felicitarte
hoy que celebras tu día.
Te traje sólo una rosa
que es símbolo de mi amor,
tú sabes que yo te quiero
con todo mi corazón.
El cariño que yo tengo
por ti madrecita mía
es poco para el amor,
que me das todos los días.
Y quiero decirte que
no sabes cuanto te adoro,
porque eres de mi existencia
el más preciado tesoro.
Pues con tu amor has sabido
darme ternura y cariño
que tanta falta nos hace,
cuando apenas somos niños.
Por eso es que yo no quiero
terminar sin que te diga,
que seas feliz madre mía,
y que el Señor te bendiga.
Autor: Heberto Rodríguez Sánchez
Colaboración de Virunga
México