Soy la amargura y la dulzura,
que asedia un mundo resignado;
soy la pasión y perdición,
del buen encaminado;
soy la avaricia y humildad,
del pobre que sueña ser rico;
soy el educador en apariencia,
seductor de ingenuas pueriles.
Soy la libertad picaresca,
que representa al ave confinada;
soy la sabiduría e ignorancia,
del sabedor de lo inexistente;
soy la virtud del traicionero,
que es leal a sus perjurios;
soy la verdad de la mentira,
que por miedo ahoga su voz en el silencio.
Soy el dolor y el placer,
del que goza llorando y sufre amando;
soy la paciencia que ansiosa
ve el tiempo fluir;
soy la virtud y el defecto
del gran creador,
que entre locura y razón:
se alegró al crearlo y
se entristeció al verlo crecer.
Soy el que abriga compañía y se siente solo,
soy el que emanó de la hija y la madre,
soy yo,
el hombre…
Un acierto errado.
Hay días en que siento ahogarme al verme frente a un precipicio, pero me regocijo al saber que existe un mañana y puede que el abismo no sea profundo, que el dolor sea la gloria y el fin el comienzo de una vida anhelada...
Colaboración de Quimera
Perú