Cada día es para mí la luz de una esperanza, cada amanecer está lleno de dicha y felicidad porque imagino tu rostro angelical, escucho con sigilo el susurro de tu dulce voz diciendo mi nombre. Cada mañana me alienta la vida tu tierna mirada que día a día se posa en mi almohada y al pasar las horas, son tus pasos que me guían al atardecer lleno de resplandor. Y por la noche tiernamente me cobijo en tu recuerdo con un dormir profundo y lleno de sueños maravillosos.
En mi almohada está marcado el perfil de tu rostro y me miran con dulzura tus ojos ausentes, siento que me hablan en silencio tus labios no presentes y es como un latido del corazón tus pasos hacia mí porque eres mi luz, mi respirar, mi sonrisa, mi camino, mi anhelo, mi esperanza y la dicha inmensa de mi existencia es saber que formas parte de mi ser.
Me cobijo en tu recuerdo, en tus sueños, en tus ilusiones y deseos porque eres nobleza que cobija mi alma y amor infinito que cubre mi corazón, me cobijan también tus tristezas, tu llanto, tu soledad, pero quiero que sientas hija mía que aunque tu cuerpo sienta frío tu alma siempre tendrá el calor y el fulgor de mi amor. Que aunque tu corazón se sienta solo, por siempre te acompañarán mi nombre, mi ternura, mi bendición y mi recuerdo.
Colaboración de Elizabeth
España