Madre querida, madre mía...
Dichoso soy que me has dado la vida.
Mujer luchadora de gran voluntad,
orgullo nos da que tú estés acá.
Día tras día veo tus mejorías,
todo esto es tan sólo un camino de ida,
en cual ya no queda dudas querida
de que tú serás quien triunfará.
Fuiste más allá de la luna
y nos acercaste un poquito más al sol.
Evadiste las trampas y preferiste quedarte.
Es que si tú tropezaste,
acaso quien más podría evitarlo.
Tus éxitos serán los míos,
tus alegrías compartiremos en familia,
y por sobre todas las cosas espero en este día
poder agasajarte con mi compañía,
estrecharnos en un fuerte abrazo y
desearte una larga y feliz vida.
Madre querida, madre mía...
Gracias te digo por haberme dado la vida.
Madre querida, madre mía...
Creo que sin vos ya no sé que sería.
El encantado niño de siempre.
Colaboración de Pasajero Nocturno
Argentina