Saltó hasta la otra punta de la Tierra
Para resguardar sus posesiones:
Acunadoras civilizaciones no halló nunca.
Ni nunca deja de aguardar a su Perdida.
Exigente fama jaló el criollo hasta la tierra de sus padres;
Y entonces descubrió la traición del parlamento:
Pues resultaron ser todas las calles del exilio
inexpugnables ciudadelas impidiendo sus costumbres.
Para que el exiliado recuerde sus orígenes
Usurparon a su corazón extraditado
mazamorreras imposibles y exóticos cabildos…
Payadoras le mantienen atado de su pena.
Valora más que ayer las imbebibles aguas de sus ríos.
Pues autóctonas doctrinas recuerda más que antes
el arrepentido al no hallar La Pampa al despertarse.
Lamentó el inexistente azar de ver a su Perdida.
El criollo rescatado de la muerte
soñó hoy con la voz de su Perdida.
Metabolismo fidedigno le despierta
con el sol saliendo en otro este.
Antípodas climas le brindaban a su suerte
el alivio inesperado que atrae el aire seco.
Sacrificio de la tierra dolió más de lo predicho;
salió a pelear su vida el gaucho que no muere.
Colaboración de
Degüello
Argentina