¿Sabrás acaso que en tus brazos me disuelvo?
Debo decirte que en fuego me convierto,
y que el calor que siento solo se apaga con tus besos.
Mi cuerpo se entrega a tu piel, a tu sangre, a tus caricias.
Mi instinto se desnuda libremente, abrazando mis deseos, tus deseos.
Estallando en desorbitante complicidad.
Sigo cayendo en esta inquietante forma de sentir,
Sin miedo al amor, sin pudor.
Siguiendo los impulsos, rompiendo los límites de la fusión.
Con la furia del mar, navegas dentro de mí.
Despertando la locura, salvaje y animal.
Así nos enredamos en roces ansiosos,
y entre sonrisas extinguimos la última energía.
Nos pesa el deseo, nos gana el amor.
Caigo en tu boca silenciando mi pasión,
me pierdo y pierdo la razón, soy parte de ti y tú eres parte de mí.
Nos disfrutamos hasta bebernos el placer,
somos huellas eternas.
Para el hombre que me hace feliz todos los días. “Porque tu aroma está en mi cuerpo, así como el de la tierra fresca”.
Para José Luis.
Colaboración de mujer
Chile