Raíces brotan del suelo árido y seco, permitiendo crecer el anhelo de cabalgar sobre ese nido de sueños, sin que estos caigan en el abismo de lo falso y no se sumerjan en el mar azul del despecho.
Aves que revolotean sobre mi mente perdida con pensamientos impalpables y sombríos tratando de dejar atrás la sensación de amar, matándote para estar viviendo.
Sonidos callados y muerte, gente que cae, llora, duerme y se esconde. Fusión de sueños y desenfreno, amor quebrante que te ahoga, con tu amor acosas al cuerpo desnudo y seco por el sol del verano ardiente.
Esta soledad sin culpa, sin faltas, sin conciencia, como cuando el aire rosa la piel de aquellas tristezas envueltas en sábanas blancas, cubiertas por ese vientre, donde las palabras sobran y el eco de tu ausencia vibra.
Colaboración de Pachulí
Ecuador