Hoy mi sangre se mezcla con lágrimas y dolor, acompañada de la soledad. Recordando cada momento en el que me hiciste feliz y en que me hiciste llorar, echándome en cara que ya no estás a mi lado, tratando de olvidarte pero sólo consigo recordarte y clamarte en este silencio que me ahoga por dentro.
Los días pasan y mi herida crece, de sólo saber que te marchaste con mis sueños y promesas, de sólo saber que a otra le sonreirás. Fue tanto lo que yo sentí por ti que cada mañana al despertar no hago más que llorar y pensar que un día amanecí en tu pecho, abrazándote fuerte diciéndote te amo.
No soporto este dolor que me acorta los días porque llegue el día en que leas mi poesía y te des cuenta que esta que te amo ahora es sólo una muerta. Te deseo que seas muy feliz, y que al menos no te olvides de mí porque esto lo escribí para ti, sabiendo que pensarías en mí cuando fuera tarde para ti.
Me despido de ti imaginándote con una lágrima negra en tu mejilla.
Adiós amor.
Para mi gran amor que me dejo CON UNA HERIDA EN EL ALMA
Colaboración de Musa
Guatemala