Mi mamá me decía de pequeña que tenía que tomar vitaminas, que era bueno para sentirte mejor, para tener más fuerzas. Estuve toda mi infancia a base de alimentos que me la aportaban. Pasó la infancia, pasó la adolescencia y me convertí en adulta.
Y ahora me pregunto ¿Existirá una vitamina que motive a nuestro “yo” más profundo? Creo que la he descubierto: La mejor vitamina es la propia ilusión por vivir, es la propia necesidad de amar. Por eso vive y ama, que sin duda alguna es el mejor alimento para tu corazón y ¡tu alma!
Colaboración de
Sheila
España