La vida en si misma, las normas, la razón... Son sentencias impuestas por nosotros, quienes nos decimos racionales, que sólo limitan la libertad de las sensaciones, la verdad de los sentimientos, la intensidad de las pasiones y nos alejan de vivir soñando, de sentir sin estar, de amar sin tocar, de creer sin ver, de suspirar con la imaginación tocando el éxtasis con tan sólo imaginarlo. Quien puede decir que el amor no se inventa en horas, ni se crea en segundos, ni se consolidad en días, el amor sólo existe, el amor es un poder divino, donde no hay tiempo, no hay distancia, no hay medida, él vive, él se transforma, el cambia la dirección del mundo…
Entonces como no creer en nuestra verdad, como renunciar si toco el universo con tu voz, como no enfrentar si tu sola palabra conquista mí alma, como olvidar aquellos ojos de tu infancia, como no comprender ese despertar al amor con tan sólo 4 años, como no decir simplemente que te amo…
Colaboración de Patricia Carnevali
Venezuela