¿Acaso arrebataste mi derecho de sonreír? ¿Quién crees ser tú? que llegas y dañas. Huyes y regresas, dejando a la deriva un corazón roto, que intentando cicatrizar, brota sangre por doquier. No levantes ese estúpido ego que acompaña una sonrisa fingida, las lágrimas despiden tus recuerdos, las lágrimas ya no significan dolor, porque inmunizado el daño lo hizo odio, te deniego el derecho de volver. ¿Quieres intentarlo? ¡Adelante! (Y él creyó encontrar lo mismo, en el mismo lugar) Gritos, sollozos, lágrimas, y un portazo.
Finalmente, él supo que el amor se perdió, tu orgullo por el suelo, tu estúpido vivir te hizo una mala jugada, el amor te apuñaló por la espalda, y ahora. ¿Quién ríe?
Yo río, ¿acaso una sonrisa fingida? No. Mi sonrisa no es efímera. El dolor sólo es más fuerte, cuando te aferras a lo que te hace daño, y ¿Quién dijo que amar es sufrir? Idea equívoca, corazón perturbado, ¿Acaso el invierno y el verano pueden fusionarse? ¿Iceberg y agua ardiendo? ¿El amor y el odio no caminan juntos? Yo decidí volar cual paloma en libertad, hoy pienso en mí, cual lava de volcán acabado, el amor queda denegado a cualquier intruso que piensa jugar con un sentimiento tan entrañable y eterno.
Suerte estúpido amor. Sonrío y repito: ¿Quién creías ser tú?
Colaboración de Alejandra D Reaño
Perú