Presentador impresentable.
Una mirada distinta.
Infinitas miradas distintas.
Una mirada diferente. Infinitas.
Muchas miradas diferentes.
Distintas.
La mirada de siempre: diferente.
Las miradas de siempre: iguales.
Pegadas. Indistintas.
El silencio no lo rompen estas palabras. Aunque se oiga el murmullo inaudible de su imprenta: ruido.
De alguien que quiere decir algo
que no se puede decir con palabras.
La hermana silencia la claridad y deja en lo oscuro la voz de la verdad. Y se oye el engaño, la distorsión, el doblez. Lejanos. Inaudibles para mí mismo, que soy quien los padece.
Todavía no me he oído.
Todavía no me han oído.
Todavía no he mirado.
Todavía no me han visto.
Estoy en otro sitio. Estoy en el pasado. En otro lugar. No sé cuál,
pero no es este.