Que ironía que pretendas hacerme recordar aquellos momentos cuando era tuya, cuando tú nunca lo fuiste, ver como tus labios artículan palabras que no se conectan a tu corazón simplemente me llena de ira. Capaz me lo merezco por haber tratado a muchos amores como tú lo has hecho. Quizás me lo merezco por haber confiado en tu piel. Y tus ojos brillan ante la amenazadora luna que se reía de mi sufrimiento. Quizás me lo merezco por haberte querido tanto.