No sé si deba escribir estas palabras, quizá nunca tengan sentido para ti o quizás sigas pensando que soy la ridícula cursi que llora por todo. Pero en el fondo creo que cualquier mujer merece desahogar la pena amorosa que lleva dentro.
Al comienzo todo era mágico y lo acepto, yo no buscaba enamorarme de ti, debo confesar que ni siquiera tenía interés en conocerte, pero de cierta forma cuando me saludaste, todo cambió.
Con los días nuestras pláticas se fueron tornando más personales, más profundas, sentí que te conocía de toda la vida. Recuerdo que más de una semana hablamos día y noche, preguntando sobre ambos, pasando de ser desconocidos a conocer todo del otro. Me sentí tan segura contigo, tus palabras, tus atenciones comenzaron a sanar mágicamente todas las heridas que tenía en mí, al principio dudé, supongo que no estaba acostumbrada a sentirme así, a sentirme amada, correspondida.
Entraste a mi corazón de una manera tan sencilla, que no me di cuenta en que momento te convertiste en mi todo, pero cuando pasó fue el mejor momento de mi vida, del que nunca quiero olvidarme. Todo era perfecto, tus caricias, tus besos, tus abrazos me hacían flotar, me enamoraste completamente, me hiciste tuya en todos los sentidos.
Pero ahora todo ha cambiado, no sé si fue el tiempo, las acciones, cada vez te empezaba a sentir más distante, todo dejó de ser color de rosa, los problemas y las peleas eran constantes. Nunca coincidamos en nada y sin querer otra vez nos dejamos llevar por todo y olvidamos que fue lo que nos unió. Más de una vez quisimos arreglar las cosas, pero ha llegado el punto en que ya no se pueden arreglar las cosas solo con desear hacerlo.
Todos tenemos nuestro tiempo y el nuestro ha llegado a su fin, fue el mejor para los dos, aprendimos tantas cosas, sentimos el mundo a nuestros pies y ahora de repente nada es perfecto.
No quisiera perderte, quisiera que todo fuera un sueño del que al despertar, estuvieras a mi lado y me dijeras que todo está bien, que me amas… Aunque sinceramente hace mucho tiempo que ningún “te amo” de los dos parece sentirse de verdad.
Pero a veces siento que no te importa y no te importa un poco lo que me haces sentir, siento que estás intentando alejarme, quisiera pensar que no tienes idea del daño que me haces, de las lágrimas que aunque no quiera salen de mí, del dolor tan grande que siento en el pecho pero al mismo tiempo tengo estas ganas inmensas de estar contigo y es por eso que quisiera pedirte que fuéramos amigos, pero cuando se ama con tantas fuerzas a una persona es difícil aceptar que ya no serán lo mismo. Quizá en un tiempo tengamos la voluntad para aceptarnos, pero mientras, debo decir que fue lo mejor que pudimos hacer, siempre te recordaré como mi gran amor que no pudo ser.