¿Te has puesto a pensar como son los ángeles cuando caen del cielo? Yo muchas veces lo imaginé y dormía esperanzado en que se apareciera aunque sea en mis sueños y me dejara ver su suave y tersa piel, que cristaliza y refleja los rayos del maravilloso sol con el choque de las esponjadas nubes pero que al tocarla reafirme lo que ya imaginaba, firme como el mismo hielo pero a diferencia de este la calidez de su piel sea la que reine en la habitación.
No se sí sea capaz de mirarlo a los ojos porque mi corazón es tan tonto que definitivamente se enamoraría, y al despertar ya no podría estar sin ese ángel que está postrado sobre mi sofá negro, con solo una tela que cubre su maravilloso sexo que sin duda nadie lo ha probado y nadie lo ha poseído. Y que entre luchas de manos, logré despojarlo y que quede completamente desnudo ante mí y confirmar que es un miembro único y similar al que pintaba Miguel Ángel en sus grandes obras, de hombres desnudos con un cuerpo perfecto, coronados con su pene en forma y sus testículos adornándolo como una bella guirnalda.
Quisiera delinear con mi legua cada centímetro de su piel y que el jadeo que provoca el contacto entre esencias haga levantarlo para que sea sólo para mí!!! Llevarlo a mi boca suavemente para no lastimarlo, aún no me atrevo a verlo a los ojos pero se que están cerrados, para poder conectarse conmigo al momento de sentir mi cálido aliento devorándome su miembro viril que sencillamente yo he logrado que tomara la mayor de sus formas. En cuclillas me sostengo en sus glúteos firmes para avanzar más su cuerpo hacia el mío, ya no puedo más y me lanzo a conocer el puente entre su pene y sus hermosos testículos a pesar de que mi garganta no cede yo encuentro la forma de que entre en lo mas profundo de mi ser. Un suave gemido que viene de su pecho hace obvia la próxima erupción que arrojará su esencia plasmada en su semen el cual estoy dispuesto a comerlo hasta la última gota ya que es un elixir sagrado.
El contacto visual me transporta a un lugar de paz y de amor, y lo que tanto temía se ha concretado, estoy eternamente enamorado de mi ángel y es increíble como un par de luceros pueden ocasionar tanto. Cierro los ojos al sentir por primera vez sus labios besar los míos, su tibia lengua se abre paso entre mi lengua y mi aliento jadeante, que segundo a segundo eleva la temperatura. Mis manos acarician lentamente su pecho y poco a poco se deslizan por su cuello hasta llegar a hacer contacto con sus facciones finas y las yemas de mis dedos se dirigen a su nariz porque mi cuerpo sabe que es el punto de atracción en un hombre para mí, una nariz pronunciada y hermosa que es un puente más entre la excitación y el deseo de seguir besando sus labios.
De un giro inesperado estaba mi espalda rozando su pecho y podía sentir nuevamente como su miembro tomaba forma entre mis nalgas y eso hizo que el mío también lo hiciera para estar en sintonía al momento de que consumáramos nuestro amor.
Poco a poco fue besado mi cuello y mi espalda y yo estaba sumergido en los recuerdos del primer encuentro que me perdí entre sus besos hasta que llegó al punto único el cual me hizo despertar. Abrió mis nalgas para hundirse en mi ano con un rico beso negro de verdad era mágico, nadie me había hecho disfrutar de algo así. Su lengua era hábil, su aliento abría paso para tocar mi punto débil, su mano izquierda se deslizaba sobre mis piernas hasta llegar a mi pene erecto que deseaba ser tocado y trabajado para arrojar su esencia.
Pero no era el momento, tenía que esperar para ver que más me tenía preparado mi ángel. Por lo tanto él seguía hundido en mi hasta que logró lubricarme y se levantó para seguir besándome y yo ya sólo esperaba tenerlo dentro de mí, realmente lo deseaba, llegó a mi cabeza y lentamente besó mis mejillas hasta llegar a mis labios y de nuevo me besó suavemente calmado mi grado de excitación enfocándome más al corazón y los sentimientos. Pero yo ya lo amaba más que a mi vida, era suyo, podría hacer lo que quisiera conmigo. Cerré los ojos y me dejé llevar, sus cálidas manos recorrían mi cuerpo hasta que en un descuido sentía como introducía mi pene en su boca a lo que abrí los ojos y efectivamente estaba lamiendo mi pene erecto el cual ya le pertenecía, lo hacía de una forma increíble al igual que ese rico beso negro.
Estuvo jugando con el llevándoselo lo más adentro posible... "Espera, ya no aguanto más" grité con desesperación a lo que él se detuvo y lo apretó con fuerza, parando la erupción que se aproximaba. De un movimiento rápido me acostó sobre el sofá negro abriendo mis piernas introdujo su pene suavemente en mi ano a lo que yo grité de dolor pero él lo hizo suavemente hasta introducirlo todo y que ese dolor se convirtiera en placer. Y así fue, su pene erecto tocaba puntos que nadie más había hecho, lo tenía frente a mi haciéndome el amor y a pesar de que sus facciones eran muy finas y sus expresiones muy serias lograba de repente regalarme una sonrisa y eso hizo que me relajara y me dejara penetrar todo lo que él quisiera.
Comenzó a masturbarme humedeciendo con su saliva mi pene y al mismo tiempo que metía el suyo masturbaba el mío.
Así estuvimos por un rico rato hasta que mi expresión cambió y el supo que era el momento. No dijimos nada pero los dos al mismo tiempo explotamos con un gemido y una erección de nuestra esencia, comencé a sentir de nuevo su semen en mis entrañas pero ahora de otro punto, estaban ardiendo y eso hizo que arrojara más. Le pedí que no se saliera de mí. Quería sentir hasta que dejara su forma. Bajo mis piernas para postrarlas detrás de sus nalgas y después de unos minutos se salió. Se acostó a un lado de mí y yo sólo quise abrazarlo y besarlo a lo que el dulcemente respondió con un "Estoy dispuesto a renunciar a mi vida de ángel y ser un terrenal, con tal de estar así todos los días a tu lado" una voz varonil con un toque fresco fue la que emanó ese conjunto de palabras que no esperaba pero que tanto deseaba. Y un suave sollozo salió de mi ser anunciado el climax total del momento, ya nada importaba porque realmente había encontrado la felicidad que en tantas personas había querido encontrar pero mi destino era algo más que terrenal...
Y ahora todas las noches busco en mis sueños al gran ángel que me ha poseído y me ha hecho conocer el amor puro. Pero en realidad no estoy soñando: estoy viendo al ángel real que me mira con deseo y con ansias todas las noches, que me mira dormir para ver y sentir como fue mi primer encuentro con él, mi ángel me ama ¡y mi ángel eres tú!
