El tiempo me enseñó que las cicatrices del pasado no se desvanecen con el tiempo, sino que aprendemos a sobrevivir con ellas.
Al principio me costó demasiado dejar atrás lo que sentí pero ya han pasado diez años y me ha resultado muy dificil de olvidar y he llegado a pensar que pasaré el resto de mi vida en una profunda melancolía hasta que mi cuerpo se pudra y se descomponga y después de todo eso mi dolor y mi alma seran olvidados con el tiempo.