Me maté horas escribiendo y escribiendo...
Es la única forma que tengo para expresar, lo tuve que borrar porque no tiene remitente ni dirección a donde llegar. Salieron por si solas las emociones, junto con lágrimas a toda prisa como si de un río violento se tratara, no importa si lo que decía tenía sentido o repetía constantemente pero cada linea escrita representaba una copa de vino, que se venía directo en la garganta, en este caso eran versos que nadie leería ni el autor recordaría al pasar la noche.
Era un vomito de letras una revolución de pensamientos en la cabeza, venían e iban, salieron guerreros acribillados, conejos saltando. Flores naciendo, cayendo entre el fuego, el viento soplaba enfurecidamente cuando del fondo del pecho salió el inquebrantable chillido que terminó por arrugar y desbaratar el cabello haciendo nudos de pájaros, de ahí la fuerza del río violento sacudió el centro de la tierra, hay un ser viviente que sintió la agonía, el cansancio, la debilidad por parar de escribir, pero siguió hasta el hormigueo de la mano que le permitió parar y preguntarse o reafirmar una vez mas... ¿No fue suficiente ya? Ahí donde sé entendí que el caos era mi mundo. Marco Antonio usted quedó en mi corazón solo hay puede estar.