No se sabe con certeza cómo logra avanzar con tantos miedos, su única estrategia es cerrar los ojos y seguir caminando... así pasa sus días una guerrera de Dios, va por el mundo con su piel de mariposa y sus cicatrices, guardando su pasado en frascos que nunca vuelve a abrir, soñando despierta y corriendo detrás de cada oasis...
Nadie conoce sus tristezas, hay una espesa capa de cristal que solo deja ver su sonrisa en ocasiones, que solo muestra una actitud de vencedora, aún cuando sus lágrimas inundan el otro lado del espejo...
No se sabe con certeza cómo lo hace, ni siquiera ella entiende como resiste tanto, solo cierra sus ojos, respira profundo entre heridas y da un nuevo paso.