PARA TI
Nuestro ritmo vertiginoso de vida pocas veces nos deja valorar, disfrutar y agradecer el gran misterio de la maternidad. Es por eso que en ocasión del Día de las Madres, he querido expresar mi sentir, y de muchos hijos, nietos y esposos más, hacia esa mujer que se le ha dado el privilegio de participar como protagonista en la obra de la creación de un nuevo ser, imagen y reflejo del mismo Dios.
No se donde encontrar el chispazo que dio principio a este gran misterio; por tal motivo, hablaré desde mi sentir. Seguramente es porque eres tan tierna y cariñosa que Dios te concedió la bendición de ser madre; es porque tu corazón rebosa de amor, que puedes ser revestida de ese título glorioso; es por tu paciencia, dulzura fortaleza y perdón, sin lugar a dudas, que has sido elegida para anidar a un nuevo ser en tu vientre. ¡Que alegría que Dios haya descubierto tu capacidad de sacrificio! Y así, por tal motivo, te incorporó a su obra. Es por eso que te puedo llamar socia de Dios en la creación.
Dios no se equivoca, sus designios son perfectos, Él sabe a quién escoge para colaborar en su plan de amor. ¡Que bendición para ti que eres madre! Pues te corresponde meditar, a imitación de Nuestra Madre María. Y guardar dentro de tu corazón, cada una de las cosas vividas en el gran suceso de la maternidad. Ahora quisiera decirte lo siguiente a ti que eres madre:
NO HAGAS TRIVIAL LO QUE ES SANTO
La maternidad no es insignificante. No seas indiferente frente a las obligaciones de ser la cabeza de la familia. A pesar de que no se te agradece todo lo que con tanto amor haces por tu familia, a pesar de los reclamos y desprecios, sigue siendo una buena madre, sigue sorprendiéndome de la bendición de tu maternidad, sé que puedes, en ocasiones es, confundirte por tan gran regalo. La familia te necesita.
PURIFICA TU CORAZON
Limpiar tu mente de malos pensamientos y sentimientos. Haz de tu cuerpo un lugar digno para el don que se te ha concedido. Elimina todo rencor, crítica, calumnia, vanidad y orgullo, porque todo eso desdice de tu vocación de madre: dar vida; y todo eso favorece la cultura se la muerte.
En la actualidad la sociedad busca darle únicamente importancia a la belleza del cuerpo, pero lo que el mundo realmente necesita son mujeres que destaquen por la hermosura de su alma. Mujer, sé lo que tienes que ser. No permitas que nadie te engañe con trampas que te aparten de tu grandísima dignidad de madre. Dios te ha bendecido, te ha privilegiado con la singularísima capacidad de cooperar en su creación, tu cuerpo y alma ocultan una nobleza única. Dios debe haber visto algo muy encantador en ti, por eso recibiste la gracia de ser madre. Y, en definitiva, algo muy puro debe esconderse en las entrañas de tu ser, para que el mismo Dios, haya tenido el atrevimiento de confiarte la misión de "cocrear" con Él.
Que María Santísima, nuestra Madre Purísima, y su Hijo amadísimo Jesús, te concedan la fortaleza y la gracia de seguir siendo todos los días de tu vida, mensajera de su amor y de la vida
GRACIAS MADRE