De todas las cosas bellas y buenas,
Que Dios creó, sin duda una madre es la mejor,
Su dulce mirada sana las penas,
Reflejo del paraíso es su gran amor.
Su disciplina puede parecer de militar,
Pero todo lo hace por nuestro bienestar,
No hay joyas, ni bienes que puedan igualar,
El valor que tiene mi hermosa mamá.
Las nubes que los años han puesto en sus ojos
Dan prueba de que son las ventanas del cielo,
Su belleza no se oculta tras esos viejos anteojos,
Que usa como consecuencia de tanto desvelo.
Las arrugas de sus manos y su rostro,
Demuestran que siempre ha dado su máximo esfuerzo,
Sin lugar a dudas es lo más maravilloso de la creación,
Sin ella no tengo rumbo, no dirección.
Amada mamita, perdona por todas las veces que te fallé,
Te juro que nunca ha sido mi intención,
Por ti mejoraré, aunque contra mi batalle,
Te amo, te adoro tú eres mi bendición.
Gracias Dios por darme tan maravillosa guía,
Y dotarme de inteligencia y sabiduría,
Para cuidar de ella día a día,
Enorgullecerla y no defraudarle,
Y al final del día poder demostrarle,
Que es para mí lo más importante.