Educador:
Si sabes esperar... Un día verás los frutos en el desierto, si sabes creer en las personas, las personas creerán en ti y será posible un hombre nuevo.
Si no pides nada a plazo fijo... Sembrarás y sembrarás con alegría en los surcos de tus alumnos.
Si crees en lo que haces, lo que haces nunca será en ti una rutina.
Si callas y desistes de justificarte...
algún día tus alumnos tendrán que decirse “Es
verdad, aquel profesor tenía razón”.
Si crees que en el joven aparentemente más perdido es posible
la verdad y el futuro, la verdad y el futuro nacerán en él.
Si sabes buscar el momento oportuno para decir las palabras que educan y corrigen, tus palabras nunca serán interpretadas como palabras de oficio, sino como palabras de amigo que ayuda a crecer.
Si alguna vez tienes miedo a los jóvenes y sientes la tentación de retirarte para que no te molesten, entonces algo ha dejado de ser joven dentro de ti.
Si crees en la palabra como medio de comunicación, de relación
interpersonal, creas espacios para la palabra, incluso para la que te
cuesta escuchar.
Si eres paciente, eres un gran sabio, has aprendido a tratar con las
personas.
Colaboración de
Rosa Esther Fonseca Cifuentes
Colombia