Celia:
Para empezar quiero que sepas que esta carta es dedicada con todo el dolor del amor, cada letra escrita en esta carta es una lágrima derramada, cada palabra es un pensamiento dedicado para ti, cada frase es un te amo y el título es tu nombre.
Con esas palabras empiezo y para seguir quiero que todo el mundo sepa que este sentimiento es puro y sincero, que tal vez no sé demostrarlo porque yo en el amor soy un tonto, por no decir otra cosa…
Pero en verdad lo siento y lo sentiré por siempre, ya no aguanto las lágrimas, ya empezaron a brotar porque tan solo en pensar de qué trata esta carta, ¡me mata! y me da vida para volverme a matar. Tú me enseñaste muchas cosas, primero que nada el amor, el bendito amor que ahora recorre todo mi cuerpo, que no me deja dormir, que no me deja pensar, que ocupa todo mi corazón.
Después me enseñaste a vivir, porque yo estaba muerto antes de conocerte y por último me enseñaste que es dolor del amor al ya no estar aquí conmigo. Son tres cosas que no olvidaré y como te dije te amaré a pesar de todo, te amaré aunque no me ames y te amaré por siempre y para siempre, a ti solo a ti, por toda una eternidad mi amada Celia.
Mis ojos en estos momentos ya lo no leen lo que escribo, porque el que está escribiendo es mi corazón. Siempre quise ser original, no quise ser el primero, pero si quise ser el último, en estos momentos la vida que me diste la estoy perdiendo poco a poco, segundo a segundo un poco más, y la recuperaré al besar tus labios, al sentir nuevamente el aroma de tu cabello, al tocar tu piel tan suave y dulce, pero mientras tanto moriré lentamente hasta ese momento.
Te agradezco todo esto que me haces sentir, en verdad mil gracias por enseñarme a amar y mil perdones por no amarte como te mereces. Me doy cuenta en estos momentos que ya no tengo nada, todo en mi te pertenece, que ya mi vida es tuya al igual que mi corazón. Ya nada me importa, camino por caminar, respiro para no ahogarme, me levanto cada mañana, solamente para poder verte de lejos y amarte en silencio.
Espero y algún día perdones mi comportamiento tan tonto, así como igual espero que algún día me ames, y seguiré esperando, pero mientras tanto adiós… Y cuídate, ya no quiero hacerte sufrir más, ni causarte más molestias, simplemente quise amarte pero no supe como, nunca supe si lo que hice era amarte o simplemente un te quiero, pero en todo lo que hice, me entregué al cien por ciento y lo hice pensando en el amor que siento por ti y siempre sentiré.
Y para terminar… ¡No!… esto termina aquí,
porque si el destino es que estemos juntos, así será,
ya sea hoy o mañana o tal vez nunca, pero no termina aquí,
si no comienza aquí… El amor que sentiré por ti
siempre.
Jamás supe si lo que hice fue demostrarle mi amor, así que mejor lo escribo y espero que lo lea algún día para que sepa que nunca la dejaré de amar a pesar de que ella no me ame
Colaboración de
Francisco Javier Rojo Castillo
México