Te amaré hasta que mi cuerpo, toque fondo aquí en la tierra,
Te amaré mas allá de todo dolor absurdo, que en mi razón de ser me retuerza y forme un nudo. Un nudo que ahogue mi alma, para no sentirme insulsa.
Te amaré cuando la noche agreste, deje a la luna triste, por no dibujar tu cuerpo amarrado junto al mío.
Te amaré aún cuando tu boca ya no bese mis labios, porque serán a otra boca a los que mientan muy sabios.
Te amaré cuando en mi lecho de muerte, de pronto te este llamando, y a tus ojos, y tu boca los este necesitando, y una caricia mía aferrándose a tu mano, te diga cuanto te estoy amando.
Te amaré hasta que mi respiro sea el último que exhale.